Irving comenzó a trabajar en el negocio de macetas de su tío a los 8 años, cuando su única responsabilidad era mantener limpio el taller. Mientras crecía, fue obteniendo más responsabilidades, hasta llegar a ser el dueño. Actualmente, sus macetas se venden en 11 estados de la República e incluso han llegado hasta EE.UU. Irving considera su negocio como un tema familiar, donde recibe completo apoyo de su esposa, sus 3 hijos y sus 5 colaboradores, que también ya son considerados parte de la familia.
Orgulloso de la tierra que lo vio crecer, Irving se dedica pasión a su labor, no sólo por ser un medio de vida, sino para que cada vez más personas reconozcan a su municipio como el número uno en producción de macetas.